Los marines han desembarcado en el espaciopuerto de Gaynesford, y se lo han encontrado totalmente desierto. Vale que el planeta no está muy habitado, que no tiene apenas tráfico hacia el exterior y que lo único de importancia es una base de investigación situada a las afueras de la única ciudad, pero aún así el espaciopuerto debería tener un mínimo de 100 personas constantemente.
No hay nadie.
Ni en la torre de control, ni en las pocas lanzaderas situadas en la pista, ni siquiera en los mostradores de recepción. He enviado con los marines al marino Bram Cruaich, que tiene algo de experiencia en el manejo de caazas, y a Judikael, para que ambos puedan mantener el Interceptor en el aire el mayor tiempo posible.
El Mayor Mathonwy Cumhail (en realidad, su rango es de capitán, pero como no puede haber dos capitanes en una nave, es tradicional que al capitán de marines se le amplíe el rango) ha dividido sus fuerzas en dos equipos. Uno de ellos se encargará de establecer un puesto de mando en las oficinas del espaciopuerto, y el otro registrará el resto de las instalaciones en busca de pistas que puedan dar una idea de lo que está pasando.
Han solicitado que, si es posible, los sensores avanzados del Berecyntia podrían ser de utilidad, pero he tenido que negarme. La Berecyntia está ahora en Alerta Naranja, puesto que hemos detectado energía en la Riagard. La nave está activa, aunque parece no tener tripulación. Macairt ha encontrado varios puntos donde el casco no es demasiado grueso y que tienen un amplio espacio alrededor, probablemente bodegas de carga.
Bormanico ha preparado un robot por control remoto para que podamos abrir una brecha en el casco. No voy a lanzar la Fase Dos antes de que me informen de lo que sucede en el planeta.
Mientras tanto, la alférez Dunvael Enogad me ha solicitado permiso para organizar un torneo de lucha cuerpo a cuerpo para mantener la moral de la tripulación, y se lo he concedido. Están utilizando la Sala de Reuniones como ring improvisado. Es curioso, a Trigaranos le ha parecido una pésima idea, pero la teniente Goulvena (nuestra oficial médico) le ha parecido una idea excelente, y se ha ofrecido a actuar de árbitro.
Parece que el tema de los combates ha levantado la moral de la tripulación, por lo que puedo oír por los pasillos y en el puente. Incluso la Comandante Bronn me ha comentado la buena idea que es. Enogad está eufórica, puesto que lleva muy poco tiempo como oficial, y no esperaba que su idea tuviera tan buena acogida.
No creo que mis obligaciones me permitan participar, pero seguro que me pasaré de vez en cuando a observar los combates.
miércoles, 1 de abril de 2009
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